Durante casi un siglo, la Banda de Agujeros ha desconcertado a los arqueólogos y alimentado mitos sobre extraterrestres y civilizaciones perdidas. Ahora, un nuevo estudio revisado por pares y un reportaje de National Geographic sugieren algo mucho más humano: un antiguo mercado que se convirtió en el libro de contabilidad al aire libre de los incas.

De la Montaña Serpiente al mercado

En lo alto del valle de Pisco, en Perú, una extraña formación corta la ladera árida: una línea de más de 5.000 hoyos poco profundos y perfectamente tallados, cada uno idéntico al otro. Desde el aire, el patrón ondula como las escamas de una serpiente dormida. Los lugareños lo llaman Monte Sierpe —Montaña Serpiente—. Los arqueólogos, con menos poesía, lo conocen como la Banda de Agujeros.

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