Sentirse abrumado por la falta de tiempo y descanso se ha convertido en una realidad cotidiana en la vida moderna.

Las exigencias actuales han reducido en muchas personas el espacio para actividades esenciales como comer sin apuro, dormir el tiempo necesario, hacer ejercicio o relajarse sin hacer nada. Esta disminución de tiempo de calidad no resulta inofensiva: provoca frustración, sensación de vacío e insatisfacción .

Mientras las oportunidades para el autocuidado y la conexión humana disminuyen, aumenta el desgaste físico mental, que repercute tanto en el bienestar como en la salud general.

Así, la búsqueda de equilibrio entre trabajo, descanso y vida personal es una necesidad urgente para preservar el propio bienestar , señalan los expertos.

Frente a este e

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