La conferencia de Naciones Unidas sobre el clima de este año (COP30) se celebra en Belén, ciudad del norte de Brasil, a menudo descrita como la puerta de entrada a la Amazonía, la mayor selva tropical del mundo.
Se trata de un lugar simbólico, 10 años después de la COP de París, en la que se alcanzó un acuerdo histórico destinado a frenar las emisiones de gases que calientan el planeta hasta umbrales seguros.
Esos esfuerzos aún no han dado sus frutos, ya que las emisiones siguen aumentando, y la Amazonía, que absorbe grandes cantidades de C02 de la atmósfera, será clave en las medidas para dar por fin un giro a la situación.
Pero el futuro propio de la Amazonía no está claro, tras décadas de deforestación y ahora de impactos climáticos, alertan los científicos.
En el estado de Pará, cu

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