Un relevamiento incluido en el informe oficial sobre la operación contra el Comando Vermelho, confirmó que ninguno de los 70 miembros identificados por los fiscales fue abatido durante la operación militar. El imponente operativo desarrollado en la zona norte de Río de Janeiro dejó un saldo de al menos 121 muertos y un centenar de arrestados.

El gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, consideró “un éxito” al operativo policial más sangriento de la historia brasileña. Sin embargo, un relevamiento oficial demostró que ninguna de las 117 personas asesinadas figuraba entre los 69 sospechosos nombrados por los fiscales en la orden que autorizó el procedimiento.

Solo cinco de las personas identificadas en la denuncia penal fueron arrestados ese día y ninguno era líder de alto rango, segú

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