En el sur de Bogotá, justo frente al Cementerio del Sur, hay un barrio cuyo nombre parece una broma o una advertencia: Matatigres. Entre calles de polvo, talleres mecánicos y tiendas de esquina, pocos imaginan que ese nombre nació de una historia improbable, mitad mito, mitad verdad, contada durante décadas en voz baja por los viejos del barrio. Una historia que mezcla circos, gitanos, una tigresa y un banquete que nadie olvidó.
Lea también : Así viven los pobres más pobres de Bogotá
En los años cincuenta, esa parte de la ciudad era casi campo. Había potreros, chicherías, y caminos de tierra que se volvían lodo cuando llovía. Un hombre —de esos que levantaban su vida entre el trabajo y la bebida— había abierto una chichería conocida en toda la zona. Era un punto de encuentro de obrero

Las 2 Orillas

Semana Economía
NBC News
People Top Story
OK Magazine
AlterNet
Akron Beacon Journal