Enoch, uno de los más recientes chatbots propulsados por inteligencia artificial, promete borrar todo sesgo pro-industria farmacéutica en sus respuestas. Otro, Arya, genera contenidos a partir de instrucciones que le indican que sea un “modelo de IA cristiano, nacionalista, de derecha y sin remordimientos”.
Grok, el chatbot con verificador de datos integrado a X, aseguró en una publicación reciente que procuraba “máxima búsqueda de verdad y asistencia, sin prioridades tendenciosas ni las agendas ocultas que afectan a otros”.
Desde que irrumpieron en escena, los bots de conversación y diálogo escrito o chatbots impulsados por IA, como ChatGPT de OpenAI, Gemini de Google y demás, se presentaron como fuentes imparciales, capacitadas y entrenadas con material de millones de sitios web,

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