El presidente José Jerí supervisó la destrucción de más de 8,200 armas de fuego incautadas a la delincuencia, en una ceremonia realizada en la sede de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (Dinoes), en el distrito de Ate.
La medida forma parte de las acciones del Gobierno para fortalecer la seguridad ciudadana y reducir el riesgo de uso ilegal de armamento en el país.
Las armas destruidas -entre revólveres, pistolas y escopetas- fueron incautadas en diversos operativos de control y fiscalización a nivel nacional, muchas de ellas utilizadas en actividades delictivas. Su clasificación y traslado se realizaron en coordinación con la Sucamec, la Policía Nacional del Perú y la organización británica Mines Advisory Group (MAG), que facilitó la maquinaria necesaria para el proceso.
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