Los agentes lo interceptaron con el botín encima

La madrugada del pasado sábado se convirtió en una carrera contrarreloj para los agentes del Grupo de Atención al Ciudadano de la Policía Nacional. Todo comenzó con una llamada al 091 alertando de que alguien había forzado la entrada de un restaurante en la avenida Gabriel Roca. Mientras los efectivos se dirigían al lugar, una segunda llamada los redirigió, en otro negocio cercano estaba siendo asaltado en ese mismo momento.

Al llegar al segundo establecimiento, los policías encontraron la ventana abierta de par en par. Desde el exterior pudieron comprobar el caos en el interior, con la zona de la barra revuelta, botellas rotas esparcidas por el suelo y monedas diseminadas por todas partes. Las huellas del registro eran evidentes.

Fue

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