Las olas de calor acechan a los cultivos en todo el mundo. Mientras la temperatura media global aumenta cada año, la científica del Conicet Gabriela Pagnussat encontró una manera de que las plantas no mueran frente al estrés por calor. Diseñó, junto a su equipo de trabajo en el Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB, Conicet -UNMDP), un camino para modificar sus genes y dotarlas de “memoria del estrés térmico”, lo que significa que estas plantas nacen aclimatadas a las altas temperaturas. Por su descubrimiento, que promete ser una solución biotecnológica al problema mundial de la pérdida del rendimiento en las cosechas, recibió el Premio L'Oréal-Unesco 2025 “Por las mujeres en la ciencia” en colaboración con Conicet, lo que le permitirá dar el próximo paso en su investigación y

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