¿Sabes de esos vinos que invitan a una buena sobremesa y que dan pie a largas conversaciones? El Morlanda Vi de Guarda 2018 encaja perfectamente con esta definición. Y, además, proviene de una de las zonas más emblemáticas del panorama vinícola nacional: el Priorat, una joya indiscutible del vino español, que durante décadas fue una tierra olvidada, pero que actualmente es sinónimo de excelencia y prestigio.
Lo cierto es que este tinto refleja la zona con honestidad y evoca a la calma, por lo que no casa bien con la acumulación de platos ni con los planes a toda prisa. Por eso casa de maravilla con un solo plato principal, de esos que invitan a tomar en compañía, como el cordero al horno, una carne roja a la brasa o estofados de caza. También acompaña bien platos con setas o reducciones b

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