“Armero quedó borrado del mapa”. Con esa frase, transmitida por radio en la madrugada del 14 de noviembre de 1985, el piloto Fernando Rivera describió la magnitud de la tragedia que acababa de sepultar a una ciudad entera bajo toneladas de lodo y escombros.

La erupción del volcán Nevado del Ruiz, ocurrida la noche anterior, desató una avalancha que arrasó con casi toda la población de Armero, en el departamento del Tolima , dejando un saldo de decenas de miles de víctimas y conmocionando a Colombia y al mundo. El “León dormido”, como era conocido, mostró su furia tras meses de advertencias.

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El testimonio de los primeros pilotos y radioaficionados (personas que en su momento tenían “licencias” para operar una es

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