Restricción de visados por motivos de salud y económicos. Una nueva orientación de la Administración Trump pretende dificultar la entrada a EEUU a extranjeros con ciertas afecciones médicas, como diabetes u obesidad, o que carezcan de los recursos económicos y el patrimonio necesarios para mantenerse.
La guía, distribuida hace una semana por el Departamento de Estado y adelantada por Fox News , ordena a los funcionarios de embajadas y consulados que realicen una exhaustiva investigación a los solicitantes de visados para demostrar que no necesitarán depender de la asistencia pública del Gobierno federal tras su admisión en Estados Unidos.
La intención es limitar aún más el acceso al país, en un momento en que Trump está endureciendo estas normas.
La orientación, a la que ha tenido acceso The Associated Press, revela la interpretación que la Administración Trump hace del concepto de carga pública, una disposición del derecho migratorio que permite denegar la entrada o la residencia permanente a extranjeros que probablemente dependerán de recursos del Gobierno estadounidense, a través de ciertos tipos de ayuda económica y alimentaria.
Si bien la ley federal ya exigía que quienes solicitaban la residencia permanente o el estatus legal demostraran que no serían una carga pública, durante su primer mandato Trump amplió el espectro de programas de ayudas que podían dejar fuera a los solicitantes, y las directrices del cable recientemente conocido van más allá.
Requisitos de salud
Desde su regreso a la presidencia en enero, Trump ha impulsado una ofensiva migratoria para endurecer las normas para los extranjeros que entran al país y para quienes ya se encuentran en él. Y las nuevas directrices están pensadas para reducir el número de visados de inmigrante y no inmigrante, y podrían afectar de manera especial a ciertos grupos de extranjeros que buscan acceder a EEUU, como las personas mayores y las de bajos ingresos.
El cable fue enviado desde la sede del Departamento de Estado a todas las embajadas y consulados estadounidenses en todo el mundo, informa AP.
“La Administración Trump prioriza los intereses del pueblo estadounidense”, ha dicho el portavoz del Departamento de Estado, Tommy Pigott, a la agencia de noticias: “Esto incluye la aplicación de políticas que garanticen que nuestro sistema de inmigración no represente una carga para el contribuyente estadounidense”.
Los migrantes que buscan entrar en Estados Unidos ya se someten a un examen de salud realizado por un médico aprobado por una embajada estadounidense.
Se les realizan pruebas para detectar enfermedades contagiosas, como la tuberculosis, y se les solicita que informen sobre cualquier antecedente de consumo de drogas o alcohol, problemas de salud mental o violencia. También deben contar con varias vacunas.
La nueva orden va más allá con requisitos más específicos: los funcionarios consulares deben considerar una serie de detalles específicos sobre las personas que solicitan visados, incluyendo su edad, salud, estado civil, situación financiera, nivel de estudios, conocimiento y cualquier uso previo de asistencia pública, independientemente del país. También señala que deben evaluar el dominio del inglés de los solicitantes y pueden hacerlo mediante entrevistas en inglés.
El objetivo es ampliar el número de personas a las que se les deniega una visa.
Entre las afecciones médicas que podrían descalificar a un solicitante de visado se encuentran enfermedades crónicas; obesidad; hipertensión; enfermedades cardiovasculares, metabólicas y neurológicas; depresión; ansiedad; y trastornos de salud mental que pueden requerir atención médica por valor de cientos de miles de dólares, según indica el documento.
También se indica a los funcionarios consulares que, cuando un solicitante pretenda utilizar fondos para cumplir con los requisitos de carga pública , deben solicitar ver la documentación bancaria y financiera del solicitante, así como la prueba de sus activos, cuentas corrientes, de ahorro, de inversión, fideicomisos y cuentas de jubilación.
Si bien las directrices afectan principalmente a personas que se encuentran fuera de Estados Unidos o a quienes buscan renovar sus visados, algunos expertos advierten de que también podrían afectar a familiares de personas que ya residen en Estados Unidos y que deseen visitarlos o vivir con ellos.
Funcionarios estadounidenses familiarizados con las nuevas directrices indicaron que el cambio se aplica a los visados de migrantes y no a los visados de no migrantes conocidos como B-2, que permiten estancias cortas que incluyen visitas personales y tratamiento médico.
El abogado de inmigración Steven Heller señaló a AP que los funcionarios consulares tienen mucha discreción para interpretar las directrices como mejor les parezca, y que las directrices pasan de considerarse las solicitudes de visado de manera favorable, a tener en cuenta todas las circunstancias para encontrar motivos para denegarlas.

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