Recuerdo cuando en el año 1987 se estrenó Depredador, con un Arnold Schwarzenegger en pleno ascenso a la cima de su carrera, tras despuntar con Conan y la primera entrega de Terminator. Su director, John McTiernan, experimentaba un estado de gracia, ya que filmó, una tras otra, tres películas de acción con gran acierto y éxito. A la ya citada Depredador, le siguieron Jungla de cristal (1988) y La caza del Octubre Rojo (1990). Se trata de una cinta entretenida y bien narrada que ha resistido notablemente el paso del tiempo, habida cuenta de que a día de hoy su visionado no desentona en absoluto.

Pero con ella también pasó lo que suele suceder habitualmente. Tras la original, proliferó un reguero de producciones con desigual fortuna, aunque con un mismo denominador común: ninguna llegó a su

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