A Jacobo le detectaron diabetes hace cinco años y su estilo de vida poco ha cambiado. Toma refrescos a primera hora del día y alimentos ricos en grasa; no hace ejercicio y pesa 80 kilos, con una estatura de 1.65 m.

Con 50 años de edad, Jacobo no acude de manera regular al médico, pese a la visión borrosa y el hormigueo frecuente en los pies que su esposa Maritza asegura que iniciaron hace poco más de seis meses.

La mujer, ama de casa, asegura que su esposo se niega a tratar la enfermedad de manera correcta, repitiendo que “algún día tendrá que morir” y que todo está en la mente.

“En la casa tratamos de comer lo más saludable que se puede desde que supimos de su enfermedad, pero como él trabaja como conductor de taxi desde temprano, muchas veces se para en los puestos de tacos o se la pa

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