La industria textil argentina enfrenta un escenario de retroceso sostenido , caracterizado por la retracción de la actividad, el cierre de puestos de trabajo formal y la baja utilización de la capacidad instalada. Empresas de distintos tamaños, desde pymes familiares hasta grandes fábricas, advierten una desaceleración de la demanda interna y un mercado saturado por prendas y calzado importados.

Los datos estadísticos hasta septiembre lo reflejan. Según el último boletín económico sectorial que realiza la Fundación Pro Tejer indicó que la actividad textil disminuyó 20% en septiembre frente al año anterior y 27,8% respecto a 2023 , con caídas acumuladas a lo largo de los primeros nueve meses.

El segmento de confección, cuero y calzado acompañó esa tendencia, al registrar descensos int

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