Cuando una flor desafía al desierto, vale la pena escuchar su historia. La Pata de Guanaco , esa flor fucsia que ilumina la aridez del desierto de Atacama cada primavera, está demostrando ser más que un espectáculo natural: es una clave biológica para enfrentar la sequía . Una nueva investigación confirma que esta planta puede ser secuenciada genómicamente y servir para desarrollar cultivos resistentes al cambio climático.

Nada es casualidad cuando una especie domina el lugar más seco del planeta. El equipo del Centro de Biotecnología Vegetal (CBV) de la UNAB , liderado por el Dr. Ariel Orellana , descubrió que la Pata de Guanaco posee una notable plasticidad fisiológica , capaz de ajustarse según la disponibilidad de agua. Su mecanismo parte con los estomas —esas estructuras

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