Antes de acomodarse en el Palacio Bosch, el embajador Erik Lamelas había anticipado que las empresas estadounidenses estaban “al borde de invertir una cantidad de capital sin precedentes en la Argentina”. Faltaban días para que se produjera la cumbre en la Casa Blanca entre Donald Trump y Javier Milei y, ya entonces, los borradores -o principales ideas- del acuerdo comercial iban y venían entre funcionarios de ambos países.

El 29 de octubre, tres días después de las elecciones de medio término, fue, precisamente, una empresa del país del norte la que le dio a Milei el primer anuncio de inversión después del contundente -y sorpresivo- triunfo leonino en las urnas. Jim Farley, CEO global de Ford Motor Company, visitó el país en el que nació para anunciar un desembolso de u$s 170 millones, d

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