Cada invierno, México se convierte en el escenario de uno de los espectáculos naturales más extraordinarios del planeta: la llegada de millones de mariposas Monarca , que viajan durante meses desde Canadá y Estados Unido s para hibernar en los bosques templados del centro del país. Su migración, influida por factores ecológicos, sociales y económicos, involucra a las tres naciones de Norteamérica y continúa siendo motivo de asombro y conservación.

El Estado de México alberga varios santuarios ideales para admirar a estos lepidópteros en pleno descanso. Tres de ellos — La Mesa, El Capulín y Piedra Herrada — combinan naturaleza, aventura y educación ambiental para visitantes de todas las edades.

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