Pocas tareas domésticas resultan tan tediosas como enfrentarse a la ropa arrugada después del lavado. La combinación de humedad, centrifugado y roce entre prendas suele dejar marcas difíciles de quitar, incluso si se selecciona un programa suave o se reduce la carga. El resultado suele ser el mismo, más tiempo dedicado a planchar.
Sin embargo, un método casero, sin productos especiales ni accesorios adicionales, comenzó a ganar espacio entre quienes buscan simplificar la rutina diaria. La propuesta promete que la ropa salga del lavado notablemente más lisa y con menos arrugas visibles.
El método que sorprende
El truco consiste en colocar uno o dos cubitos de hielo dentro del tambor antes de iniciar el ciclo de lavado. Durante el proceso, el hielo se derrite lentamente y libera pequeñas

La Voz del Interior
The Daily Beast
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