La llegada del cometa 3I/ATLAS al registro científico despertó una ola de hipótesis y teorías que rápidamente se extendieron por las redes sociales.

Desde su descubrimiento en julio, tanto las redes sociales como científicos alimentaron teorías que iban desde diferentes objetos hasta posibles señales ajenas a la Tierra.

Con el paso de los días, estas especulaciones crecieron al ritmo de nuevas fotografías y lecturas que para muchos, generaban dudas sobre su verdadero origen.

En paralelo, la comunidad científica se dedicó a revisar cada registro disponible. Varios de los comportamientos que llamaron la atención del público, fluctuaciones en su brillo, aparentes desviaciones o patrones extraños en su movimiento , terminaron teniendo explicaciones más sencillas de lo que inicialmente s

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