Hay un iglesia que hoy en día pocos conocen y que pasa desapercibida, pero que cuenta con una particularidad: está sumergida en el agua y solo se logra ver su campanario, un detalle que llama mucho la atención.
En 1962, el pueblo de Sant Romà de Sau, perteneciente al municipio catalán Vilanova de Sau, en la provincia de Barcelona, quedó totalmente sumergido tras la construcción de un embalse que terminó sepultando todo.
Por lo mismo, lo único que quedó a la vista de esa población fue parte de su iglesia, que data del siglo XI. El templo, que está construido con un estilo románico, se encuentra sumergido a 23 metros de profundidad, según un estudio de la Universidad de Barcelona.
Lo único que se alcanza a ver, siempre y cuando el nivel del embalse esté normal, es el campanario adosado,

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