La actriz y cantante sevillana fue una mujer de encanto arrollador y vida tan azarosa que en cualquier otra geografía ya habría merecido su buen ‘biopic’

Que no nos obnubilen las truculencias ni avatares. Al margen de lo que acaben dictaminando las crónicas de sucesos, con Encarna Polo Oliva se nos acaba de marchar un icono de la cultura popular española de la segunda mitad del siglo XX, una mujer de encanto arrollador y vida tan azarosa que en cualquier otra geografía ya habría merecido su buen biopic de trasfondo más sociológico que meramente folclórico. Sirva como ejemplo esta pincelada de una conversación con este periodista hace 11 veranos, cuando Polo presentaba La partitura de mi vida , la autobiografía que se esmeró en redactar para la Fundación AISGE. “De niña cantaba frente

See Full Page