Con un estilo metódico, una forma de gobierno muy sobrio y moviéndose con cautela para aplacar las aguas turbulentas que dejó su antecesor, así describen varios vaticanistas los primeros meses de Robert Prevost a la cabeza de la Iglesia Católica. El primer pontífice estadounidense de la historia no ha generado controversias ni impulsado cambios rápidos y resueltos, sin embargo, aseguran tiene claro su objetivo, es un hábil estratega y está haciendo su juego.

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