"¿Y ahora vamos a hacer? ¿Qué va a ser de los chicos? ¿Se van a tener que ir todos al paro?". Detrás de un siniestro hay un rastro que se pierde a las pocas horas de haberse apagado los rescoldos. Es lo que sucede con el popular desguace Motorecicle, convertido en una mezcla de chatarra y ceniza desde primera hora de la mañana de este sábado . Mientras el agua salía a borbotones del taller, un grupo de media docenas de personas contemplaban desoladan, entre lágrimas y abrazos, lo que se veía con la puerta abierta: las enormes estanterías de piezas clasificadas, y una buena cantidad de motocicletas, todo calcinado. Lo mismo que el gran almacén colindante, donde hasta muy avanzada la mañana seguía saliendo humo.

Un incendio que se pudo ver en todo el área metropolitana por la altura d

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