Conciliar el sueño a la primera intentona no es tan habitual como parece, de hecho, se estima que la falta de descanso afecta a uno de cada tres adultos . La ciencia lleva décadas intentando descubrir más sobre por qué cuesta desconectar cuando se quiere dormir y qué técnicas podrían acelerar ese proceso sin la necesidad, cada vez más habitual, de recurrir a fármacos. Los expertos en sueño distinguen tres grandes factores que condicionan la rapidez con la que nos dormimos: la higiene del sueño, las condiciones del dormitorio y las actividades realizadas durante el día . Entre las causas más habituales se encuentran el estrés, la ansiedad y la activación cognitiva elevada; entorno inadecuados con ruido, demasiada luz o una temperatura inadecuada; el uso prolongado de pantallas antes de

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