En la cocina, hay gestos automáticos que repetimos sin pensar: pasar los dedos por el grifo un segundo, enjuagarse rápido cuando algo se pega en las manos o simplemente “quitarnos lo que molesta” antes de seguir manipulando alimentos. Es tan cotidiano que parece inofensivo, pero no siempre funciona como creemos. Mira también:

Cómo evitar que los vasos de tu casa u oficina huelan mal

La ingeniera de alimentos Mariana Zapién, conocida por sus contenidos divulgativos sobre seguridad alimentaria, advierte que enjuagarse los dedos solo con agua no elimina bacterias, restos de comida ni grasa. De hecho, si se hace de forma habitual, puede favorecer que esos microorganismos terminen en otros ingredientes, superficies o utensilios.

Su explicación se basa tanto en prácticas de higiene alimentar

See Full Page