La movilización nacional de la Generación Z en la Ciudad de México terminó marcada por un operativo policial considerado excesivo por organizaciones de derechos humanos y Artículo 19.

Aunque la marcha transcurrió en su mayoría de forma pacífica y con miles de jóvenes vestidos de blanco, la violencia estalló cuando los contingentes llegaron al Zócalo y se agudizó durante su retirada por calles aledañas, donde varios jóvenes fueron perseguidos y detenidos cuando simplemente intentaban volver a casa.

De acuerdo con reportes, videos y testimonios de manifestantes, periodistas y defensores de derechos humanos, los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) recurrieron a gases lacrimógenos, polvo químico de extintores y golpes con toletes para dispersar a los asistentes.

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