Desde que nacemos, los argentinos escuchamos hablar de cómo tuvimos uno de los PBI per cápita más altos del mundo a fines del siglo XIX, Buenos Aires supo ser superior a París y que tenemos el potencial para ser Australia. Pero a la vez escuchamos que los gobiernos democráticos que terminaron su mandato se cuentan con los dedos de una mano y los años con superávit fiscal, también. ¿Defaults? Campeones del mundo. Es por ello que el círculo virtuoso actual y la realización del potencial dependen de un pacto social y político que trascienda los intereses de turno .

La sociedad argentina aprendió que la democracia se respeta, pero no necesariamente la deuda. Los mismos que piden asistencia gubernamental financiada con emisión monetaria o deuda, festejan la cesación de pagos. En los últi

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