El Govern de Salvador Illa nació frágil y sigue siéndolo. Su minoría parlamentaria no solo condiciona su margen de maniobra, sino que ha terminado por convertir a sus socios de investidura en actores con una capacidad de influencia desproporcionada respecto a su peso real. Si ERC ha centrado toda su presión en la llamada financiación singular, los comuns han encontrado en la vivienda el terreno idóneo para imponer una agenda profundamente intervencionista y convertirla en el precio constante de la supervivencia parlamentaria del ejecutivo. Con seis diputados, Jéssica Albiach ha logrado que Illa sostenga su Govern sobre una relación de dependencia política cada vez más evidente.

Desde el inicio de la legislatura, la líder de los comuns ha ido encadenando exigencias en materia de vivienda q

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