Las empresas de vehículos de transporte con conductor (VTC) como Cabify, Uber y Bolt han revolucionado el transporte de pasajeros en España desde su llegada en 2011. Este sector ha crecido de manera exponencial, ofreciendo a los usuarios la posibilidad de solicitar viajes a través de plataformas digitales con precios fijos, lo que ha llevado a muchos a preferir este modelo frente al tradicional de taxis. Sin embargo, esta expansión ha generado tensiones con el colectivo de taxistas, que han protagonizado protestas significativas. La más destacada ocurrió a principios del verano pasado, cuando alrededor de 1.000 taxis bloquearon el Paseo de la Castellana en Madrid bajo el lema "Aquí no cabe ni un VTC más". Esta manifestación fue en respuesta a la concesión de 8.500 nuevas licencias de VTC por parte de la Comunidad de Madrid. Actualmente, Madrid cuenta con 15.931 taxis y 8.873 VTC, aunque se prevé que la cantidad de VTC supere a la de taxis en el futuro cercano. A pesar de la comodidad que ofrecen estas plataformas, han surgido preocupaciones sobre la falta de control en el sector. Se han reportado denuncias por prácticas irregulares, invasión de carriles reservados para taxis y condiciones laborales consideradas "insostenibles". Además, hay una creciente inquietud entre los usuarios sobre la protección que ofrecen las aseguradoras en caso de accidentes. Una conductora, que prefiere permanecer en el anonimato, compartió su experiencia tras un accidente con un VTC. "Hace diez meses tuve un accidente con un VTC y, desde entonces, Reale Seguros se niega a indemnizarme", afirmó. A pesar de que el conductor del VTC asumió la culpa y la mujer presentó todos los informes médicos requeridos, la aseguradora le exigió acudir a un médico de su elección, quien cuestionó la procedencia de sus lesiones. El representante de la Plataforma Caracol, Nacho Castillo, también ha denunciado irregularidades en la inscripción de los VTC. Según él, estos vehículos están registrados como de alquiler "sin conductor", lo que deja desprotegidos tanto a las víctimas de accidentes como a los pasajeros. Castillo destacó que el año pasado se registraron 904 siniestros con VTC, en comparación con 704 de taxis. Además, Castillo afirma que algunos VTC evitan controles de seguridad al cambiar temporalmente su matrícula de azul a blanca, permitiendo que sean evaluados como vehículos particulares en lugar de VTC. Esto, según él, les permite ahorrar en seguros y eludir regulaciones más estrictas. La situación actual del sector de VTC en España plantea importantes interrogantes sobre la seguridad y la regulación, mientras la batalla entre taxis y VTC continúa en el horizonte.
¡El auge de los VTC en España: un fenómeno imparable!
Noticias de España3 hrs ago
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