El Ministerio de Igualdad , dirigido por Ana Redondo , dejó sin cobertura a las víctimas de violencia de género por partida doble. El servicio de teleasistencia móvil Atenpro , fundamental para la atención de mujeres en riesgo, tampoco funcionó este verano en los mismos territorios rurales donde fallaron las pulseras antimaltrato . Así lo reconoce el propio Gobierno en un Real Decreto publicado este jueves, en el que admite «carencias en la cobertura móvil en zonas rurales» que afectaron a usuarias activas del sistema, según publica OkDiario.

Más fondos para Atenpro tras detectarse fallos en zonas rurales

El Ejecutivo ha aprobado una modificación del decreto que regula la subvención directa a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para la prestación del servicio Atenpro. La partida pasa de 8,2 millones a 9,7 millones , es decir, un aumento de 1,5 millones de euros .

Según el texto, el objetivo es «adoptar medidas dirigidas a mejorar la atención a víctimas en zonas rurales y en situación de vulnerabilidad», adaptando el servicio a «nuevas formas de violencia digital» y reforzando la seguridad de datos , la coordinación y la interoperabilidad tecnológica.

El propio Gobierno confirma los fallos del sistema

En el documento, Igualdad admite que durante los incendios del verano se pusieron de manifiesto «carencias en la cobertura móvil en zonas rurales» con presencia de usuarias de Atenpro. Por ello, señala que es «urgente adoptar medidas que ofrezcan alternativas de comunicación en esos territorios».

Esto significa que, en situaciones de emergencia, muchas mujeres no pudieron utilizar el teléfono móvil del servicio de teleasistencia. Una deficiencia que se suma a los fallos en las pulseras antimaltrato , revelados por diversos informes judiciales y policiales.

Las pulseras antimaltrato también fallaban por falta de cobertura

La Memoria de la Fiscalía de 2025 ya había advertido de los problemas de funcionamiento de los dispositivos telemáticos en zonas rurales. Según el documento, existió «dificultad de guardar la distancia de 500 metros en localidades pequeñas» debido a «la deficiente cobertura de zonas rurales aisladas».

También se subraya el retraso en las actuaciones de Cometa , la empresa encargada del control de los dispositivos, por el tiempo que tardan en llegar los técnicos y por el volumen de incidencias falsas o involuntarias que deben analizarse.

Como consecuencia, en las zonas con peor cobertura, las víctimas no pudieron utilizar ni las pulseras ni el servicio Atenpro, quedando desprotegidas en situaciones de riesgo real.

Igualdad reconoce la necesidad de modernizar Atenpro

Tras los fallos registrados, el Gobierno insiste en la «necesidad de modernizar y adaptar el servicio Atenpro» mediante:

  • refuerzo de medios humanos,

  • incorporación de tecnologías avanzadas,

  • mayor seguridad e interoperabilidad,

  • y reducción del tiempo de respuesta en emergencias.

La reforma también busca cumplir con los estándares de protección de datos personales , un aspecto que Igualdad menciona de forma explícita en el Real Decreto.

Un fallo tecnológico que arrastró a los dos sistemas

El colapso de las pulseras antimaltrato —adquiridas por Igualdad— estuvo provocado por un fallo tecnológico que reveló importantes deficiencias. Algunos maltratadores incluso aseguraron ante un juez que podían retirarlas «perfectamente».

El reconocimiento del Gobierno confirma que las mujeres afectadas por esa caída del sistema tampoco pudieron recurrir a Atenpro, creando un doble vacío de protección en zonas rurales.

Un polémico encontronazo con la ministra

La medida se hizo pública el mismo día en que María Martín Romero , presidenta de la asociación contra la violencia machista La Volaera y víctima de maltrato, se encaró con la ministra Ana Redondo durante un acto.

Visiblemente enfadada por la última ola de fallos en los dispositivos telemáticos, le espetó: «¡Es usted una cómplice de los maltratadores!».