El 16 de noviembre de 1821 el Libertador Simón Bolívar, desde Bogotá, dirigió dos epístolas al General José de San Martín -Libertador de Chile y Protector del Perú- mediante las cuales, a la par de expresarle su regocijo por la libertad de la porción de territorio peruano hasta entonces independizado, expone razonamientos en torno a la inconveniencia de que príncipes europeos viniesen a la América hispana en calidad de gobernantes. Tal idea fue considerada por algún tiempo en el gabinete del Protector del Perú.

La información conocida

Atento a la más insignificante novedad del Nuevo Mundo, o suceso sobrevenido en otras latitudes, el Libertador permanecía expectante a cuanto proviniese de Nueva España (México), extensísima provincia que desde Yucatán hasta el Missisippi-Missouri -la mayor

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