Carlos Ancapichun salió de su casa en Villa La Angostura el 13 de junio de 2025 como cualquier otro día en que cruzaba la frontera para realizar trámites en Chile. Tenía 76 años, un andar tranquilo y la rutina metódica de quienes construyen su vida alrededor del trabajo y la sencillez. Dejó atrás a su esposa, Marisol Coronado, convencido de que volvería en cuestión de horas. Pero ese viernes marcó el inicio de un misterio que, más de 150 días después, sigue sin resolverse.
Carlos era conocido por todos en Cumelén, el barrio más exclusivo de la villa, donde cuidaba la residencia que la reina Máxima Zorreguieta, monarca de los Países Bajos, adquirió años atrás. Era un hombre amable, de palabra suave y hábitos discretos, de esos que no generan conflictos ni acumulan enemigos. Por eso s

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