Cuando supo de su liberación, no lo podía creer

No había fallo de inocencia, solo un “error procesal”

Un tecnicismo que borró de un plumazo años de trabajo de fiscales, de agentes, de peritos

El caso de Roger Armando “N” lo dice todo

No es un caso aislado. Los pasillos judiciales están llenos de libertades indebidas

Amparos exprés y resoluciones contradictorias

Jueces saturados, mal capacitados, decidiendo sobre delitos graves

El expediente sigue ahí, lejos de un juicio. El acusado, libre

Por Ericka Contreras Pérez

No es un caso aislado. Los pasillos judiciales están llenos de libertades indebidas, amparos exprés y resoluciones contradictorias. Jueces saturados, mal capacitados, decidiendo sobre delitos graves con el peso de un sistema que los obliga a priorizar la forma sobre e

See Full Page