Aunque la serotonina es ampliamente conocida como el neurotransmisor asociado al bienestar emocional y es el principal objetivo de los antidepresivos más usados (los ISRS), investigaciones recientes indican que esta molécula también tiene funciones fuera del cerebro que podrían estar relacionadas con el desarrollo y progresión del cáncer. Sorprendentemente, casi toda la serotonina del cuerpo se produce en el intestino y actúa en procesos como el metabolismo, la inmunidad y la regulación de la glucosa , lo que la posiciona como un actor relevante en enfermedades sistémicas, incluido el cáncer.

Diversos estudios han encontrado que niveles elevados de serotonina en el organismo se asocian con peores resultados en ciertos tipos de cáncer , ya que puede actuar como un factor

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