Cualquier fenómeno atmosférico que se nos ocurra, desde el más grande al más pequeño, tiene su escala espacial característica y su tiempo de vida medio. Simultáneamente, en la atmósfera conviven fenómenos multiescalares muy variados, entremezclados entre ellos . La predicción de uno de ellos en particular solo es posible para un horizonte temporal acorde a sus dimensiones.

Pensemos, por ejemplo, en una borrasca (ciclón extratropical) y en una tormenta ordinaria (local). Mientras que la primera ocupa una superficie de miles de kilómetros cuadrados y suele durar varios días, el tamaño de la segunda es de unas decenas de kilómetros cuadrados a lo sumo y su duración es inferior a una hora. De lo anterior deducimos que la escala espacial está acoplada a la temporal , de tal forma que cada

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