En Turín no solo se vivió la coronación del mejor tenis del año, también se respiró la energía de un público que sabía que estaba ante un campeón encendido. Jannik Sinner cerró su semana con una actuación impecable, de esas que obligan a todos a mirar. Su victoria sobre Carlos Alcaraz no solo le entregó el trofeo más codiciado del cierre de temporada, sino que confirmó que su paso por las Finales ATP se ha convertido en uno de los momentos más intensos del calendario.

El italiano llegó a la final decidido, firme y con una claridad que no dejó dudas. Sin dar detalles antes del choque, su enfoque hablaba solo: un jugador que entendió el reto y lo asumió con una determinación absoluta. Al otro lado estaba Carlos Alcaraz , un rival exigente, de esos que obligan a desplegar cada recurs

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