La mortalidad de árboles provocada por insectos está aumentando de forma alarmante en Europa. El incremento no es uniforme: las coníferas sufren cada vez más el embate de escarabajos barrenadores, mientras que las frondosas experimentan una reducción en los daños causados por orugas y otros defoliadores. Las regiones más cálidas y secas son las más afectadas, lo que señala al cambio climático como factor clave en esta crisis silenciosa.
Son las principales conclusiones de un estudio internacional publicado en ‘ Global Change Biology ’, liderado por la Universidad Checa de Ciencias de la Vida y con la participación de instituciones de 17 países El equipo recopiló registros anuales de perturbaciones forestales entre 2000 y 2022 en 15 países de las zonas templada y bore

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