Peio Etxeberria habló con la serenidad, la calma y la sabiduría de quien conoce los secretos de la vida después de la conquista del Cuatro y Medio . Lucía el de Zenotz, al fin, la txapela del acotado en su tercera final consecutiva. “ He cumplido un sueño. Han tenido que pasar dos finales antes para darme cuenta de los conseguido ”, dijo el navarro con la emoción contenida del que se conoce por dentro, del que sabe relativizar, del que tiene los pies en el presente y las raíces en el aquí y el ahora.

Comentó el flamante campeón que de alguna manera ha sabido perdonarse, mirar la vida con otros ojos. Los mismos que se le abrillantaron por el sentimiento que le cuelga de los adentros, de los aledaños del alma. “ Aunque no lo parezca, soy el más feliz. Siento mucha emoción por la victo

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