Durante años, Lejos de avergonzarse, la potencia asume este rol de manera voluntaria, ya que las importaciones de basura desde los años 80 han ayudado al país a reutilizarla y convertirla en materia prima . Hoy, unos años después, se enfrenta a un problema paradójico: con más de 1.000 plantas de incineración para generar energía, su capacidad de quema supera con creces el volumen de basura disponible.

Ya no sobra la basura, ahora sobran las máquinas que la queman, lo que ha hecho que empiecen a desenterrarse vertederos antiguos, según indica un artículo de Xataka. Muchas de ellas funcionan a tan solo el 60% de su carga diseñada . Este desequilibrio económico ha forzado a algunos operadores a buscar soluciones poco convencionales: desde pagar por residuos adicionales hasta desente

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