Apenas le quedan dos años para cumplir el medio siglo. Un negocio de toda la vida en Salamanca que ha cambiado de nombre, ha variado los artículos de venta y ha evolucionado a marchas forzadas con la vorágine del comercio pero continúa con las mismas manos y con la calidad como emblema. «Almacenes Bolanda empezó llamándose Badalona pero cambiamos el nombre porque había cierta polémica porque pensaban que veníamos de Barcelona», explica Nuria, propietaria del establecimiento.

Nada más lejos de la realidad. El marido de Nuria era vendedor ambulante de la provincia de Ávila hasta que pudo establecerse y puso la primera tienda en el Paseo de San Vicente y eligieron ese nombre porque parte de los productos venían de esa ciudad. Ese local desde donde ahora Nuria explica la historia. «Nuestro hi

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