No se puede manejar un equipo profesional como si fuera un ministerio, pero los Tiburones de La Guaira insisten en hacerlo. Y no es algo nuevo: llevan dos temporadas tomando decisiones como si la LVBP fuera una oficina pública donde todos opinan, nadie asume responsabilidad y cualquiera cree que inventó el beisbol.

La idea de que «tenemos a un tipo de MLB aquí, por eso somos mejores» es propia de quien no entiende nada. En Venezuela eso no te da ventaja, a veces te da soberbia. Y con soberbia no se gana ni un bingo, mucho menos una liga tan volátil y cambiante como la LVBP.

Aclaro de una vez, porque hoy en día la gente confunde crítica con fanatismo: no soy aficionado a los Tiburones. Con tres décadas metido en este oficio, el fanatismo se evapora y solo queda el análisis frío. Y desde e

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