Morelia, Mich., Con el asesinato del alcalde de Uruapan , Carlos Manzo, se alcanzó el punto más álgido de la crisis de inseguridad en Michoacán, entidad atrapada en una espiral de violencia desatada desde 2005. Son 20 años durante los cuales el crimen organizado ha expandido su presencia, y las sucesivas estrategias gubernamentales para controlar ese fenómeno no han hecho más que fracasar: casi 27 mil homicidios en este periodo; 18 alcaldes ejecutados y 8 mil 755 desapariciones forzadas.

Si bien desde hace años el crimen organizado había ampliado también su modelo de operación a otras actividades más allá del trasiego de drogas, en los últimos años esa diversificación delictiva se consolidó con un alto impacto en la sociedad michoacana.

La extorsión, por ejemplo, creció exponencialment

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