Vidrios rotos desparramados por el camino, dos depósitos de casi 500 metros reducidos a humo, focos que todavía siguen encendidos y trabajadores que rescatan los productos de la única nave que se salvó. El paisaje de Plásticos Lago – una de las empresas más golpeadas por el incendio en el Polígono Industrial de Ezeiza – es devastador, según pudo observar Clarín en una recorrida por el lugar.
En medio del caos, entre estructuras retorcidas y un olor penetrante a quemado , Ariel Gómes, gerente de la firma, intenta poner en palabras lo que pasó.
“Nosotros tuvimos dos depósitos destruidos , totalmente destruidos... De las tres naves, nos quedó una”, explica mientras señala lo que queda de los galpones.
El incendio, cuyo origen continúa bajo investigación , arrasó con materia p

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