L a creación audiovisual impulsada por inteligencia artificial se ha convertido en un terreno sin límites claros, donde cualquier usuario puede generar escenas, personajes o mundos enteros con instrucciones simples. Este nuevo modo de producción plantea un desafío a las empresas que basan su identidad en la gestión rigurosa de sus franquicias.

Entre ellas, The Walt Disney Company ocupa un lugar primordial, porque su catálogo es uno de los más codiciados y también uno de los más vigilados. La expansión de herramientas generativas permite a cualquiera fabricar un vídeo en el que Mickey Mouse protagoniza acciones ajenas a su universo, una situación que inquieta a los estudios y acelera su respuesta.

Disney apuesta por una plataforma que combine producción y participación

Disney ha anunciado que su servicio Disney+ incorporará funciones que permitirán a los suscriptores crear vídeos cortos dentro de la propia plataforma mediante modelos de inteligencia artificial. La iniciativa la detalló Bob Iger , consejero delegado de la compañía, durante la reciente llamada con inversores, al afirmar que se trataba de “los cambios más grandes y más importantes” desde el lanzamiento de la plataforma hace seis años.

Explicó que la idea consiste en ofrecer un a experiencia más participativa , donde los usuarios puedan “crear contenido generado por el usuario y consumir contenido generado por el usuario, principalmente de formato breve”. La empresa prevé integrar también funciones inspiradas en videojuegos gracias a su acuerdo con Epic Games .

La plataforma prepara funciones interactivas para sus suscriptores, pero sin querer ceder un control total en la creación

El anuncio llega tras una etapa de prudencia. Disney había detenido varios proyectos de IA en meses anteriores por temor a vulnerar derechos de imagen o provocar conflictos c on los sindicatos de actores. Según el Wall Street Journal , la compañía canceló ensayos que consistían en replicar digitalmente a intérpretes reales para evaluar la reacción del sector. La estrategia actual se apoya en acuerdos con compañías tecnológicas, aunque no se han divulgado nombres, con el objetivo de “proteger la propiedad intelectual”, tal y como aseguró Iger a The Hollywood Reporter .

Las experiencias ajenas confirman los riesgos del contenido sin supervisión

Las experiencias de otras plataformas sirven de aviso. OpenAI , con su aplicación Sora, permitió generar vídeos a partir de texto y terminó teniendo críticas por infracciones de derechos y contenidos problemáticos. También se han detectado recreaciones hiperrealistas de fragmentos de películas de Disney, elaboradas sin autorización. Reuters informó que la compañía envió una carta de cese a Character.AI por utilizar personajes con copyright. Este historial muestra por qué la moderación será un elemento esencial cuando el nuevo sistema esté activo dentro de Disney+.

El proyecto pretende transformar la relación entre espectador y contenido. Hasta ahora, la plataforma ofrecía un modelo cerrado, centrado en el consumo de series y películas. Lo que hay es lo que puedes ver. Con esta herramienta, en cambio, el usuario pasa a participar activamente en el proceso creativo , aunque bajo condiciones que garantizarán un entorno familiar y seguro.

La compañía mide sus próximos pasos antes de lanzar la herramienta

Iger subrayó durante la reunión de resultados que “la oportunidad es enorme para aumentar nuestra conexión con los seguidores de Disney en todo el mundo”. La intención es mantener la identidad de marca y, al mismo tiempo, incorporar formatos que recuerdan a los de TikTok o Roblox, donde la creación breve y espontánea domina la atención digital.

La protección del legado será la pieza decisiva del nuevo modelo

El reto técnico y ético radica en equilibrar la libertad del usuario con la protección de un catálogo que forma parte de la cultura popular mundial . Disney ha dedicado décadas a blindar sus personajes y a controlar cada uso público de sus imágenes. Permitir que los suscriptores fabriquen vídeos con esas figuras dentro de un marco oficial supone abrir un espacio nuevo, más flexible, pero también más expuesto . La empresa confía en que los algoritmos de moderación, combinados con un filtrado previo de plantillas y modelos, reduzcan los riesgos legales y mantengan la coherencia visual de la marca.

Las pruebas internas aún no tienen calendario oficial , aunque las declaraciones de la dirección confirman que el desarrollo está en curso. Disney+ afronta así un cambio profundo en su funcionamiento, impulsado por la competencia y por la necesidad de renovar el interés del público. El futuro de la plataforma dependerá de que logre que la creatividad de los usuarios se convierta en un valor añadido sin poner en peligro el patrimonio simbólico de la compañía . La frontera entre innovación y protección será, en este caso, el verdadero terreno de prueba.