El Feng Shui, la disciplina oriental que propone organizar los espacios para mejorar la energía vital del hogar, sigue ganando seguidores. Entre sus recomendaciones, un objeto cotidiano se destaca por su simpleza y simbolismo: el limón. Este fruto, común en cualquier cocina, es considerado un elemento capaz de refrescar el ambiente, cortar energías densas y aportar una sensación de claridad que, según esta tradición, favorece la prosperidad.

Más allá del costado espiritual, hay un dato concreto: el aroma del limón es reconocido por su capacidad para generar sensación de limpieza, renovar el aire y disminuir la pesadez ambiental en espacios cerrados. Por eso su uso se volvió habitual en rutinas de orden, decoración y bienestar. En Feng Shui, esa idea se potencia con un valor simbólico asoc

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