El aumento de las tormentas de polvo preocupa a científicos y autoridades a nivel global. Estas formaciones , asociadas al cambio climático y la sequía, afectan la salud, la economía y el medioambiente en Norteamérica, África, Asia y otras regiones donde el fenómeno gana intensidad y frecuencia.
Recientemente, un evento de polvo extremo impactó en Nuevo México. El climatólogo Dave Dubois observó cómo la visibilidad se redujo a menos de 15 metros durante una tormenta ligada a un ciclón de latitudes medias.
La tormenta provocó accidentes de tráfico y, junto con incendios y vientos de más de 113 km/h, contribuyó a crear un panorama calificado como “infierno de polvo”. Nuevo México reportó 50 tormentas en los primeros tres meses del año, con récord de acumulación y efecto

Infobae

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