En Calzada del Coto, donde el viento huele a tierra y a ceniza, vive Cecilia Alonso Encina, que el próximo 22 de noviembre cumplirá noventa y nueve años. Casi un siglo latiendo entre los surcos del tiempo, con la serenidad de quien ha visto pasar los inviernos y las primaveras del mundo sin perder la fe ni la sonrisa. Su biografía resume, en buena medida, una larga época de este país. Su vida es un espejo donde se reflejan los cambios de un periodo: las guerras, las penurias, las ideas, los inventos que transformaron la existencia de la gente y, sobre todo, la paciencia del vivir.

Nació en 1926, hija de agricultores que araban la tierra con ganado y esperaban del cielo la lluvia buena. Le tocó crecer entre los ecos de la Guerra Civil y las estrecheces frías de la posguerra. En aquellos añ

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