El domingo por la noche, en una escena poco vista en la política contemporánea, la candidata conservadora, Evelyn Matthei, se dirigió a la campaña de José Antonio Kast. Llegó rápido y alcanzó a aparecer en la tarima con él, enviando un mensaje claro de que el 13% de los votos que sacó en la primera vuelta debe ser endosados para el candidato de derecha en diciembre. Pocas horas después, Johannes Kaisser también anunciaba su apoyo irrestricto a Kast.

Los casi 30 % de votos de los dos perdedores más el 26 % del candidato ganador suman un número suficiente para que Kast, muy seguramente, salvo que algo impensable ocurra, sea el presidente de Chile a partir del 14 de diciembre. El país girará a la derecha, como lo ha hecho recientemente Bolivia, y antes Argentina (2023) y Ecuador (2024).

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