La calle Rosario se despide desde ya de los adoquines para recibir al bus urbano, que tendrá su nueva ruta de acceso a la Gran Vía por esta calle que lleva años empedrada y que cambiará para adaptarse al nuevo tipo de tráfico que va a tener.

Las obras han empezado esta semana y consisten en la retirada del empedrado de granito utilizado para toda la calle. Se ha retirado la franja correspondiente a la calzada y se mantendrá en los laterales, donde se va a seguir aparcando. No están previstos más cambios de trazado ni de vialidad, pero sí de dirección.

Las obras, previstas para diez días, avanzan a buen ritmo y ya han llegado a la mitad del recorrido, en el que se han retirado numerosos adoquines; desde Gran Vía hasta Canalejas tiene unos 300 metros de largo. Según confirman fuentes munic

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